miércoles, 30 de octubre de 2013

LÁPICES


Cerca del muelle de Lívingston hay una pequeña escultura de José Martí. El busto del poeta cubano (amado tanto por quienes viven en la Isla, como por quienes viven en Miami) tiene una importante razón: fue José Martí el pionero de la alfabetización en este paraíso guatemalteco. ¿Qué motivó el acercamiento del gran intelectual a un lugar tan remoto y tan desconocido para entonces en nuestra geografía?

Hace una semana tuve el privilegio de hablarles a los niños de la Escuela José Antonio Liendo y Goicochea. El motivo: inaugurar el mural que Benvenuto Chavajay realizó con ellos a lo largo de dos meses. Mucha felicidad alrededor de una pared con la imagen de doce lápices (seis del lado izquierdo y seis del lado derecho) que iban del más pequeño al más alto y que a la distancia parecían las alas de un avión. Uno de los niños explicó la imagen diciendo: “Al salir de la primaria salimos gastados como el lápiz pequeño, pero la secundaria la iniciamos como el que está nuevo... así es todo en nuestra vida”. Tal visita me dejó una emoción difícil de explicar. Mis amigos y compañeros Jorge Rodas y Roger Castro son los gestores y testigos del proceso creativo que terminó en esa reflexión tan sublime.

Al salir de la escuela, vi el entorno. Los alrededores de la Palmita en la zona 5. La mayoría de los alumnos viven en el asentamiento La Limonada. Son chiquillos de primaria asediados por la pobreza y por la violencia. El único asidero que tienen se halla entre las paredes de este centro educativo y para muchos lo que está afuera no es otra cosa que una enorme bestia que se alimenta de ellos. Son pequeños y su memoria quedará guardada en ese mural que, sin tener idea alguna, realizaron junto a uno de los más importantes artistas guatemaltecos.

Ser artista y acercar nuestra pasión a quienes tienen muy lejos tal privilegio, es devolverle el significado a nuestra propia vida. José Martí tenía todas las razones.

No hay comentarios: